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Denuncia per abusos sexuals prescrits i llibertat d'informació

  • Writer: Ferran Pérez
    Ferran Pérez
  • Nov 16, 2022
  • 7 min de lectura

Actualitzat: Nov 22, 2022


STS 13/2018, de 12 de gener, en matèria de intromissió en el dret a l’honor i denuncia per abús sexual a gimnastes atribuït a un entrenador. Delictes greus prescrits penalment i llibertat d’informació

Objecte: recurs de cassació contra la sentència de 28 de març de 2017 adoptada en apel·lació per l’Audiència Provincial de Madrid en matèria de dret a l’honor i abús sexual de gimnastes.

Fets: A l’any 2012, una gimnasta, excomponent de l’equip nacional, va denunciar davant el Consejo Superior de Deportes i la Policia: “haber sido objeto de abusos sexuales por parte del Sr. R en la época en que formó parte del equipo nacional de gimnasia. Va justificar la denuncia perquè: “aunque sabía que el delito estaba prescrito, temía que la conducta denunciada se hubiera seguido produciendo”.Aquest fet va provocar una campanya als mitjans de comunicació en suport del senyor R i en contra de la demandant la qual va ratificar haver estat víctima d’abusos sexuals. Una altra gimnasta i demandant també va fer declaracions indicant: “haber presenciado algunos de esos abusos sexuales cometidos por el Sr. R sobre la denunciante” aleshores menor d’edat i com aquell: “había intentado algún acercamiento sexual a ella, aunque sin éxito porque reaccionó con brusquedat”. A favor d’aquestes gimnastes intervé el senyor L (també demandat) qui va declarar als mitjans: “haber presenciado como en una ocasión el Sr. R tocaba el pecho y besaba en el cuello a la denunciante“.

A l’any 2014, el senyor R va presentar demanda contra les gimnastes, el senyor L i determinats periodistes i mitjans de comunicació, per intromissió il·legítima en el dret d’honor. La demanda va acabar amb una sentència de desestimació i absolució per part del Jutjat d’instància e instrucció núm.4 de Collado Villalba de 10 de setembre de 2015, perquè va considerar que: “debe prevalecer el derecho y deber de denunciar unos hechos presuntamente delictivos y el derecho de expresar su opinión sobre los mismos, dado que no había quedado acreditado que hubieran actuado de mala fe”. Contra aquesta sentència, es va interposar un recurs d’apel·lació, cenyit a les gimnastes i al senyor L, que va finalitzar amb una sentència de l’AP que va estimar parcialment el recurs i que ha estat l’objecte de la sentència del Tribunal Suprem (TS).

L’estimació parcial acordada per l’AP va comportar una condemna indemnitzatòria a favor del senyor R al considerar l’existència d’una intromissió il·legítima en el dret a l’honor amb motiu d’unes declaracions en un programa de televisió – reproduïdes per altres mitjans de comunicació- relacionades amb abusos sexuals a gimnastes. Per a l’AP: “la libertad que estaba en juego, a efectos de justificar la conducta de los demandados, no era la libertad de expresión sino la de información, puesto que habían relatado unos hechos que afirmaban haber vivido y presenciada”. A més, va prendre en consideració, entre d’altres, que les gimnastes denunciants i el senyor L: “sabían que los delitós denunciados estaban prescritos” i que quan van fer declaracions sobre els fets: “ya conocían que el juzgado había declarado prescritos los delitos”. A més abundor, l’AP considera en relació a la perjudicada i denunciant que: “no es que se diga que fuera falso su relato, sino que no ha probado que fuese verdad, lo que obviamente corre de su cargo”.

Els recurrents consideren que ha de prevaler el dret a la llibertat d’expressió davant el dret a l’honor del demandant, la necessitat de ponderar els interessos en conflicte i la singularitat del cas atès l’arxiu de la causa penal per prescripció.

Decisió: Estimar el recurs

Motivació: Al·legada la improcedència de fer una nova valoració probatòria, el TS manifesta la seva disconformitat atès que hi ha jurisprudència en el sentit que: “cuando la resolución del recurso de casación afecta a derechos fundamentales, este Tribunal no puede partir de una incondicional aceptación de las conclusiones probatorias obtenidas por las sentencias de instancia, sino que debe realizar, asumiendo una tarea de calificación jurídica, una valoración de los hechos en todos aquellos extremos relevantes para apreciar la posible infracción de los derechos fundamentales alegados; sin limitarse a considerar, como ocurre cuando el recurso de casación se desenvuelve en el plano de la legalidad ordinaria, si las conclusiones sobre los hechos obtenidas por el tribunal de instancia, además de no infringir las normas que integran el régimen de la prueba, simplemente soportan la aplicación de un test de racionabilidad”.

Quan al fons de l’assumpte i pel que fa a la identificació del dret fonamental en lloc, el TS, amb suport entre altres en la seva sentència 329/2012, de 17 de maig, considera que al considerar el recurrent que: “los hechos que los demandados le han imputado no son ciertos, el derecho fundamental que está en juego, en el sentido de que podría legitimar la afectación del honor del demandante producida por la conducta de los recurrentes, no es la libertad de expresión, que versa sobre opiniones, críticas y valoraciones personales, sino la libertad de información, puesto que se imputó al demandante la comisión de hechos gravísimos, susceptibles de contraste mediante datos objetivos”.

També diu el TS que la veracitat no és una característica exigible només als periodistes perquè: “El elemento relevante para considerar que el conflicto se sitúa en el ámbito de la libertad de expresión o de la libertad de información es el objeto de las declaraciones o manifestaciones, esto es, si consisten en la expresión de críticas, opiniones o juicios de valor (en cuyo caso se tratará de la libertad de expresión) o por el contrario, en la comunicación de hechos susceptibles de verificación (en cuyo caso se tratará de la libertad de información)”, i perquè: “que los hechos sean comunicados por un profesional de los medios de comunicación o por una persona que carezca de esta cualidad no es una circunstancia que modifique el derecho fundamental a tomar en consideración, pues los particulares son también titulares de ese derecho fundamental a la libertad de información”.

Sobre l’aplicació del cànon de veracitat a les declaracions que denuncien conductes clandestines molt greus que van succeir fa molt temps, el TS indica que: “para que una vulneración en el honor, como la que supone la imputación de haber cometido abusos sexuales en personas menores de edad, resulte legitimada por el ejercicio de la libertad de información, se requiere la concurrencia de los requisitos de la relevancia pública de los hechos sobre los que versó la información y la veracidad de tal información”.

En el cas no hi ha dubte de la rellevància pública i la provocació de “gran alarma social” generades i el TS cita, a l’efecte, la sentència del TEDH (Tribunal Europeu de Drets Humans) de 16 de març de 2017 i recull el dret de les víctimes a: “a la denuncia pública de tales hechos graves que han sufrido personalmente, tanto más si se realiza con la intención de evitar que puedan repetirse en el futuro”.

Pel que fa a que la informació sigui veraç indica que: “Es reiterada la jurisprudencia tanto del Tribunal Constitucional como de esta Sala que declara que el requisito constitucional de la veracidad no va dirigido tanto a la exigencia de una rigurosa y total exactitud en el contenido de la información, cuanto a negar esa protección constitucional a quienes, defraudando el derecho de todos a recibir información veraz, actúan con menosprecio de la veracidad o falsedad de lo comunicado, comportándose de manera negligente e irresponsable al transmitir como hechos verdaderos simples rumores carentes de toda constatación o meras invenciones o insinuacions”. Per això, diu el TS: “Dentro del ámbito de protección que otorga dicho derecho fundamental caben errores o desviaciones que no alteren la verdad esencial de las afirmacions”. I també diu que a diferència de l’informador que comunica fets: “en el caso de la persona que comunica públicamente hechos en los que se ha visto involucrada personalmente, como es el caso de quien afirma haber sido víctima o testigo de un delito o de cualquier otro hecho reprobable, la situación es diferente” i la veracitat exigible requereix de la ponderació de les diverses circumstàncies concurrents, entre aquestes que: “cuando la denuncia pública de los hechos es importante para el interés social, una exigència injustificadamente rigurosa de acreditación de su verdad absoluta puede disuadir a las personas que conozcan los hechos de denunciarlos públicamente” i que: “La gravedad de este tipo de conductas justifica su denuncia pública incluso en los supuestos en los que por cualquier circunstancia (prescripción del delito, muerte del presunto culpable, etc.) no pueda ser objeto de investigación penal”.

El TS fa unes apreciacions sobre la prova realitzada per l’AP i diu que: “la Audiencia se mostró extremadamente rigurosa en la valoración de las pruebas que justificarían la veracidad de las declaraciones de los recurrentes, al exigir las garantías propias de la prueba de cargo necesaria en el proceso penal para destruir la presunción de inocencia (e incluso en ocasiones, criterios más exigentes), y no tomar en consideración las circunstancias que caracterizan este tipo de hechos (deseo de confidencialidad de otras posibles víctimas de abusos sexuales, dificultades para recordar los detalles exactos por ser las supuestas víctimas y testigos menores de edad cuando sucedieron los hechos, afectación traumática que suelen provocar este tipo de hechos a sus víctimas, etc.)”. Així les coses: “el canon de veracidad aplicado por la Audiencia es incorrecto, porque no tiene en cuenta la naturaleza de los hechos denunciados y las circunstancias concurrentes en su acaecimiento y en su denuncia”.

Finalment, dl TS fa unes valoracions sobre la inexistència de mala fe en els demandants, sobre la importància de la prescripció al·legada penalment sobre una investigació més rigorosa dels fets i sobre com tot el que s’ha exposat: “no significa que se considere probado que el demandante cometiera los actos de los que se le acusa”, però no dubta en indicar que: “es necesario establecer un equilibrio entre los derechos en conflicto y los bienes jurídicos en juego, de modo que aunque la imputación no se considere suficientemente probada y no pueda reprocharse al denunciado la efectiva comisión de la grave conducta que se le atribuye, cuando no hay prueba de que la denuncia pública sea falsa, tiene suficientes visos de seriedad y una cierta verosimilitud, y no hay prueba de que quienes comunicaron públicamente los hechos hayan actuado de mala fe (no porque la intención del informante sea relevante para enjuiciar la legitimidad del ejercicio de la libertad de información, sino porque podría ser un dato más demostrativo de la falta de veracidad de la imputación), no proceda condenar al denunciante o denunciantes como autores de una intromisión ilegítima en el derecho al honor del afectado por la denuncia”.

Tampoc veu compatibilitat entre la imposició de condemna a qui, en circumstàncies com les concurrents en el cas, denuncia l’existència d’abusos sexuals a menors i les exigències imposades als Estats pels articles 19 i 37 de la Convenció sobre els Drets del Nen de Nacions Unides.

Estima el recurs i cassa la sentència de l’AP (Madrid).

Comentari: Potser el dret sancionador a l’àmbit de l’esport ha d’obrir les portes a infraccions a la conducta esportiva imprescriptibles i actuar en supòsits de manca de resposta penal per prescripció d’accions, especialment, en els casos que els presumptes infractors continuen vinculats amb el món de l'Esport.

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